jueves, 20 de mayo de 2010

Reconstrucción

Intentas desplegar tus alas,
Las plumas coloridas se asoman por las hendijas,
El espacio les niega su esplendor,
Se encoje hasta la atrofia,
Carcelero de las mil victorias.
Te duele el apretón de la estrechez,
Las paredes juegan a juntarse,
A licuarte en su interior,
A fusionársete,
El aire huye fugitivo,
le teme a la quietud,
a la multiplicidad de lo mismo,
a la circularidad del camino que confunde la meta y la partida.
la fobia y el claustro inhalan,
aspiran,
tu amor al vuelo,
tu gusto por tus alas,
la mitad emplumada,
las fuerzas como vapor de géiser se hacen etéreas,
fantasmales,
las piernas besan el piso,
la mirada no puede apartarse de él,
hipnotizada le es servil,
las alas desaparecen,
te vuelves el último hombre,
entonces una angustia indecible,
una vieja sensación dispara el fuego de la memoria,
retorciéndote desde dentro,
desde el ocaso que han hecho de ti,
abrirás los ojos,
el sol te besara paternal la frente,
no hay paredes,
reconocerte,
volverte visible,
asible,
será el trabajo más pesado y amable,
primer peldaño de infinita escalera a ninguna parte,
a lo inacabado,
a lo inacabable,
gritaras por la laceración de la carne,
su desgarro dolerá la eternidad,
la vida y un día después,
de a poco las alas volverán,
volverá tu mitad emplumada,
será libre tu imaginación,
renacerá el niño del querer,
el yo quiero, humilde, llevara flores,
los aromas más exquisitos a la tumba del deber,
a los huesos de la razón,
no por amor,
solo para asegurarse
que desde la muerte no vuelva ésta ha erigir su carcelero reino.

"poemas fracturados" mi cuarto proyecto de libro

miércoles, 12 de mayo de 2010

imágenes


Ella escupió en la cara a los arquetipos del tiempo. Se vio a sí misma, se alejó de la inquisición de la imagen, destripó entre sus dientes el último aliento del pertenecer.
“Que el mundo se queme”.” Que me queme yo”. “Que la vida tiña todo de color”
Sus ojos expiaban comprensión, un amor tan profundo, que amaba hasta el delirio, lo hermoso, lo feo, lo burdo y al tiempo y por esto a la vida ¿Es la vida algo más que tiempo? ¿Es algo el tiempo sin la vida?
Sin alianzas que la limitara, que la atara a algún destino, se vio hacer y deshacer sus años a los tumbos, con riesgo, con miedo y valor. Sus manos la delataban... eran el espejo de los mil oficios, del más nuevo al mas viejo, de esclava de las monopólicas multinacionales hasta la deseada dueña del sexo.
Hoy se levantó tan solo como mujer, hoy solo era mujer, no puta, no esclava, no obrera…solo mujer.
El sol iluminó su frente, delicada y altiva, levemente invadida por un bucle desordenado, abrazó el aire en su pecho y lloró. Sentir que sentía la conmovió, hacía de ella un ser amable, deseable hasta la locura que no inquieta porque nada de razón guarda.
Con lágrimas de tilo cerró los ojos y el calor entibió sus hinchados parpados como un beso al alba, ansiado y eterno.
Se quedó así arrumacada por el sol… entregada a una profunda sensación de quietud, de paz, alivianada veía como el agobio de haber sido tantas y nunca una, de haber tenido que actuar tantos personajes y nunca ser, de haber tenido una y mil veces que morderse para evitar salir, de haber tenido y debido pero nunca querido. Se despedazaba como un espejo que aterrado se divide y subdivide intentando escapar del piso carcelero, ahora que era mujer, humana, persona, se veía morir.
La respiración se hacia lenta y profunda, sus músculos se contraían intentado retener, aunque más no fuese, un ratito más el tiempo… la vida.
Quizás pasó así la eternidad, quizás unas horas, a lo mejor tan solo unos minutos, entonces sus ojos, fríos, se reabrieron…renacían en un invierno hostil, que invitaba a dejar que el aliento dibujara en el aire los recuerdos del mundo, de un mundo maltrecho, repleto de rótulos y olvido.
Aspiró profundo, calentó el aire en sus pulmones y lo dejó salir, para que dibujara en el helado entorno un arco iris de sentires y sentidos. Y por primera vez en el día vio el amor, dos cuerpos encendiendo el espíritu de la carne, entre caricias y naufragada saliva, entre vientres y muslos… las historia que la historia olvida… lo humano que la humanidad desprecia.
La imagen se alejaba, se disipaba como acuarelas en un lienzo sin fondo, en el infinito universo, entre los astros y más allá y ella allí inmóvil atada al piso bajo una inmensa capa de hielo, quiso ser parte de lo velado, de esos cuerpos, de su cuerpo, de su vida, de sí misma.

Cerró los ojos con fuerza, intentaba un pase de magia, una inquietante mueca por despertar aquello que de nuestro cerebro nadie sabe, pero todo fue en vano, al abrirlos no sintió ni el frío de la muerte, ni la tibieza del sol, de los cuerpos amantes nada quedaba, de ella solo subsistía un personaje en un asqueroso trabajo que volvía a extraviarla hacia una nueva función, a un nuevo acto de lo que inútilmente llaman vida
Así la imagen volvió apoderarse de ella, ella volvió a ser una imagen de puta, de obrera, de ama de casa, solo una imagen pero ya no mujer, persona, humana.