lunes, 5 de diciembre de 2011

Mis manos

Las manos
quedan bañadas de si mismas
en jugos que no son dulces
ni benditos
lloran... nerviosas
a su modo
desvistiendo ansias tan primitivas,
elementales y sulfurosas.
brillan en una esquina
extraviada de noche,
ellas saben de un largo cortejo
de negro
de un luto tenaz
y de otros llantos
vieron la roca deshojarse
en granos,
volviendose arena,
gastaron sus ojos de tacto,
que siempre reinciden
y
nunca pudieron ignorarse.

Versión extendida y modificada

Las manos
quedan bañadas de si mismas
en jugos que no son dulces
ni benditos
lloran... nerviosas
a su modo
desvistiendo ansias tan primitivas,
elementales y sulfurosas.
brillan en una esquina
extraviada de noche,
ellas saben de un largo cortejo
de negro
de un luto tenaz
y de otros llantos
vieron la roca deshojarse
en granos,
volviéndose arena,
tiempo atravesando
el ojal de cristal….
gastando sus ojos de tacto,
que siempre reincide…
abrazado cobarde
a un mustio tronco
estéril de retoños
y esperanza…
Se frotan acompañándose
pero son solo ellas
diestra y siniestra
en este laberinto de
ausencia
templado de rancio sudor,
anhelando un tiempo
de jazmines,
la eternidad
de lirios solidificados
en otras eras
y aún asi
nunca pudieron ignorarse.