viernes, 27 de noviembre de 2009

Queridas criaturas



Fría y oscura la mañana traía noticias inesperadas para el mundo, las redacciones del planeta estaban a pleno, y en todas al mismo tiempo llegaba una misma carta con una misma firma y la misma historia.
No había remitente ni nada que permitiera identificar su procedencia, cada una escrita en el idioma de origen del lugar de recepción, y en ningún idioma se podía creer lo que contenía.
La carta se titulaba “Queridas criaturas” y lo que seguía era una revelación sin precedente, superior a toda creencia y a toda certeza, decía así:
Nadie me pregunto si yo quería ser lo que soy, a nadie se le ocurrió que yo no soy mas que otra criatura, arto estoy de tanta responsabilidad gratuita, ninguno de ustedes pensó en mi al adjudicarme lo que llaman bien y lo que llaman mal, alguna vez se pusieron a pensar, ¿que gracia tiene para mi todo esto o mejor que desgracia?
¿Que clase de cinismo los domina, que hacen que otro cargue con sus piedras? ¿Quién les dijo que yo querría sentirme más que la tierra o el sol, incluso que el agua que beben o el aire que respiran? ¿Quien les dijo que yo no festejo mi cuerpo? ¿Qué clase de monstruo me creen? ¿A quien se le ocurre que alguien puede crear una especie tan codiciosa y con tanto desprecio hacía si misma y su entorno para ser venerado?
Solo les informo que yo no mande a escribir ningún libro, mucho menos dos, eso fue obra de sus antiguos, que buscaban una manera efectiva de disputar el poder que otros poseían. De haberlos creado yo no hubiese hecho falta un libro, hubiese bajado de donde dicen que vivo y los hubiese puesto a raya con mi propia presencia, aun que pensándolo bien seguramente sus sacerdotes y sus reyes o actuales gobernantes me hubiesen perseguido con todo sus perros y arsenales, ejércitos y todos aquellos objetos y sujetos que utilizan para matar a quienes no les gustan.
Por lo pronto les pido que dejen de nombrarme y venerarme pues si están leyendo estas líneas es porque he decidido terminar con la agonía a la que me han condenado al responsabilizarme de todo aquello que les acontece.
Pues que padre podría soportar la acusación de traer un hijo a la vida con el fin de que se la quiten, incluso peor, traerlo dos veces para dos veces morir. Y dicen honrarlo con lo que le dio muerte y sufrimiento inconcebible.
He soportado ya miles de años y miles de formas que han sabido darme, a esta altura no se porque dicen que yo los cree, si ustedes son quienes me cambian y recambian a gusto y placer.
¿Por que querer ser rey de un mundo que no tengo ni gobierno? ¿Por qué esperan morir para gozar en una vida eterna que su naturaleza no contempla? ¿Por qué debo yo hacerme cargo de un error del azar? Es que tanto me nombran que a veces logran confundirme sin siquiera darse cuenta.
Es obvio que existí pero en cuanto a ustedes y su existencia nada tuve que ver, y ahora gracias a ustedes y su existencia dejo la mía.
Ahora sí, algunos pueden festejar y otros lamentarse en vano, “Dios ha muerto” porque me dispongo a suicidarme por no soportar las terribles atrocidades que han hecho en mi nombre, y de las que sin serlo me siento responsable.
Y si realmente tuviera la capacidad de crear nunca pero nunca cometería el error de darles la vida. Hasta nuca Dios.
Obviamente esta noticia no salió a la luz, ni saldrá, pues la mayoría de las agencias de noticias se mofaron de tamaña revelación y algunas pocas, que no lo pasaron tan por alto, dieron aviso a los agentes del vaticano y de sus respectivos servicios de inteligencia.
Ambos grupos comenzaron investigaciones sobre el caso, extraoficialmente claro, también extraoficialmente se dice que el Papa al enterarse dijo “¡¡¡ ya no se pude confiar en nadie, el comunismo deformo a todos, ni el altísimo se salvo!!!”, lo que por otro lado también coincidió con los dos campesinos albaneses ex afiliados al partido y devotos de la filosofía Nietzscheana, según consta en los expedientes del caso, habían confesado ante efectivos de la INTERPOL, ser los autores intelectuales y materiales del hecho. Lo que nunca se explico es como hicieron para escribir las cartas en tantos idiomas ya que ellos solo hablaban la lengua madre. Pero ¡que va a ser!… por suerte Dios sigue vivo ¿o no?

Emiliano Pardavila "De la decadencia 1" ediciones evaristo 2oo9 en proceso de edición.

domingo, 22 de noviembre de 2009

El olvidado y su recuerdo


Corría solo corría, parecía alcanzar al viento, nada por delante, nada por detrás, un olvidado que perseguía a máxima velocidad a su propio recuerdo, preocupado, desesperado, corría y corría, no podía dejarse escapar.
Las lagrimas y la angustia amenazaban con detenerlo, en la marcha se refregaba los ojos y se veía cada vez más lejos de si, no parecía haber remedio, el recuerdo era más rápido, estaba condenado a no ser, a nunca haber sido, a nunca ya ser.
Pero obstinado seguía, perdido por perdido, mejor correr y correr, nada por detrás, nada por delante, sus pies pisaban el vació, el horizonte se desfiguraba a punto de desaparecer ante la aparente llegada de su recuerdo.
Definitivamente ya no existía horizonte, es que los limites escapaban a toda percepción, a todo sentido, a todo razonar, solo el olvidado y el recuerdo corriendo a gran velocidad hacia ninguna parte.
De repente el recuerdo frenó y el olvidado lo atravesó como a la nada misma, no hubo casi tiempo para evitar el impacto, para planearlo, y así todo alrededor comenzó a tomar forma y color.
Entonces apareció allí, sus ojos pudieron ver el cielo, su espalda se hacia de la tierra, todo empezaba a tener sentido, parecía un parque gigante, grandes árboles dispersos y verdes pastos por doquier, pero el silencio extrañaba, parecía decir: solo estas, nadie te aguarda aquí… sus ojos buscaron en toda dirección, algo que se le asemejara, pero en vano se esforzaban, el silencio decía la verdad, nada ni nadie estaba allí ni por él ni por nadie más.
Intentó mirarse a si mismo y solo pudo ver el verde prado, los árboles, la tierra, el cielo y a su recuerdo parado frente a él desafiante, como proponiéndole otra carrera al infinito de la nada, y perdido por perdido volvió a correr y correr, pero esta vez no hizo falta que el recuerdo frenara, lo atrapo sin problemas a poco de arrancar, lo tomo por la espalda y lo dio vuelta. Una vez frente a frente, el recuerdo se volvió un espejo retrospectivo y volvió a sentir amor, odio y un dolor intenso en su pecho.
Había alcanzado a su vida después de tratar y tratar de hallarse y ahora era demasiado tarde, su corazón se partía por segunda vez o por tercera, quien sabe cuanto llevaba haciendo esto.
No hizo mas que atinar a romper el espejo pero no dio resultado el golpe le dolió sin mas remedio, entonces dio la vuelta e intento huir de sí, corrió y corrió, perdido por perdido en el dolor mejor correr, pero cada vez que volteaba para ver si se había vuelto a perder a si mismo el espejo venia detrás.
Entonces hizo lo que el recuerdo, frenó de golpe, el recuerdo lo atravesó y nuevamente se separaron.
Él había sido un hombre normal, nada fuera de lo común, pero cuando sin pedir permiso la empujo a su interior, la hizo parte de su piel, de su sangre, de cada partícula de oxigeno que respiraba, todo se transformó.
Se volvió el sombrío devoto de una diosa inmanente, estaba en todo y en todos, era ella y él mismo, parecía la pieza fundamental para entender y atravesar el mundo, un brújula de la vida, algo que ella supo solo después de un tiempo y al saberlo huyó, no quería herir a tan fiel criatura.
Así la fue convirtiendo en su único pensamiento, en su único principio y fin, en el absoluto de su existencia, y a medida que ella ocupaba más y más, cual ejercito imperialista, el se separaba más y más de sí mismo, se dejaba escapar en cada lagrima, en cada flash de su risa, en cada historia que se inventaba.
Nada daba la impresión de tener sentido, el dolor era una carga devastadora, y olvidarse a si mismo fue el único antídoto y se partió en dos en el olvidado y el recuerdo, así vagabundea por su propia mente, la mayoría de las veces tratando de evitarse, pero de vez en cuando el olvidado, quiere saber quien fue y por que ya no se sabe, entonces comienza la carrera, pero cuando la vuelve a ver en el espejo, vuelve a empezar para perderse, para perderla, es que el dolor no resulta un buen amante, ni guía.
El amor puede ser el paraíso o simplemente la perdida de la vida, pero de cualquier manera la vida se pierde, y la felicidad instantánea, aunque mas no sea, hace que el olvidado quiera recordar el dolor que lo desterró de sí, esa diosa inmanente que nunca supo decir que no, que ni siquiera supo que era una diosa, que sintió culpa sin tener.
Cada búsqueda es un perdón pedido a la ausencia, una reconciliación entre las dos caras de la vida: el dolor y el amor, eso que tan caro sale a todo persona.

Emiliano Pardavila "De la decadencia 1" ediciones evaristo 2009
Ilustracion original Vanesa Garcia... Nuevamente agradecido por su trabajo

viernes, 20 de noviembre de 2009

El mimo

¿Les conté mi sueño de chico?... seguramente no… digo por las caras… bueno si ya se que no nos conocemos… pero que va hacer… tengo un constante impulso de tener que hablar… y sí, con quien sea… ya se, estarán pensando que estoy loco... Pero igual no se hagan problema que si fuera eso… nooo, no es contagioso ¡¡ ¿verdad?!!
Yo muchas veces pensé en ser mimo…de chiquito digo, tenia ese sueño, que se yo, se que la mayoría sueña con ser medico, abogado, veterinario, policía, no se, a mi se me había ocurrido ser mimo.
Si ya sé que se dice de los mimos, si que son medios raros y todo eso, pero que va a mi solo me importaba ser mimo, pero como ven tengo un pequeño defecto... no me puedo callar… ahora que lo pienso debe ser por eso, o acaso no todos desean lo que no tienen, y yo no tengo la capacidad, ni en su mas mínima expresión, de cerrar la boca y no emitir sonido, es algo que creo ni dormido puedo hacer…
Pero imagínense los problemas que me causó esto que me sucede, de pronto en la escuela… me echaron de cuarto y mis padres no volvieron a anotarme, es que… pobres pasaban una vergüenza enorme, y la verdad que pienso que debe haber sido por eso que a los 9 o 10 años me dejaron acá, en matanza.
Partido grande este, y súper poblado… dos millones de habitantes…un millón novecientos cincuenta mil entre cagado y re cagado de hambre, el restito que queda la pasa bien, en su mayoría como es lógico y sabido reside en Ramos Mejía, la beverly hills’s local.
Pero que va hacer, el mundo es así, en cuanto a mí, me fue difícil al principio, solamente era un niño y me tomo tiempo aprender a rebuscármela, y por una cosa o por otra, tuve que ir abandonado mi sueño, el de ser mimo, es que no puedo controlar mi verborrea, y para obtener de que vivir tuve que hacer de todo, a inventar una y mil historias, aunque está claro que esto me fue ligando con la actuación amateur… no se si fue porque yo tenia poco talento o que…pero el director de la vida o mejor dicho la directora…la sociedad…siempre me daba el mismo papel, el mismo vestuario y el mismo maquillaje.
Siempre hacia de hambriento, con un vestuario sencillo… unos harapos y un maquillaje poco sutil… tierra y mugre por donde se viera…así como teatro itinerante iba casa por casa buscando algo para comer, y poder acallar de esa manera la voz de la panza… que era más ensordecedora incluso que mi propia voz.
Durante mucho tiempo me dedique a recibir la bonanza de la sensibilidad social… los techos de la autopista, las camas de la plaza…un poco duras pero… y esos paquetes de fideos para cocinar cuando uno no tiene cocina o el pan duro de días…
Como les decía de la escuela no recuerdo mucho… tampoco de mis padres… pero si tengo otros recuerdos igualmente hermosos…que no vienen al caso.
Me acuerdo de Carlitos...era unos pocos años mas grande que yo…bajito medio rubio…peleador como pocos… yo creo que su sueño debe haber sido ser boxeador o portero de boliche, es que le costaba tan poco terminar a los golpes…él, a diferencia de mi, era muy reservado…mas piñas que palabras.
Su llegada a la calle no tenia nada que ver con la mía, sus padres no lo habían abandonado, más bien el los había abandonado a ellos y lo bien que hizo, es que lo usaban como chivo expiatorio, lo goleaban a menudo, incluso confeso una vez, con pocas lagrimas en sus ojos secos, que abusaban de él. Por eso se fue…
Anduvimos un tiempo juntos de acá para allá, hasta que un día… seguramente porque tenia las piernas mas corta que yo… lo alcanzo un patrullero… es que no pudo saltar el muro a tiempo… tan solo habíamos tomado unas manzanas de un supermercado… nadie sabe como pero termino ahogado en una tosquera de barrio esperanza…
Eso fue hace tanto tiempo, igualmente aun me acuerdo de su sonrisa, no porque la ejercitara con vehemencia, ni todo el tiempo, sino porque las pocas veces que se le dibujaba irradiaba luz, inocencia…
Bueno en fin, como verán ya no soy un niño, tampoco soy un mimo, esto se puede apreciar, claro esta, si me miran, si levantan la mirada y se atreven a chocar sus ojos con los míos… la verdad nunca entendí porque les cuesta tanto hacerlo… será que temen que la pobreza y la marginación sean enfermedades contagiosas… puede ser que lo sean pero…no se preocupen… no se transmite de persona a persona…bueno como decía… ya no soy aquel… quien sabe todo lo que podría haber echo o haber sido… sin embargo tan solo pude llegar a ser un muerto joven… con hambre… con ausencia de sueños…que ahora lo están enterrando en el cementerio municipal y al que nadie llorara porque nadie recuerda…
No llegue a mucho dirán… pero el problemas es que en la calle tarde o temprano todas las piernas se hacen cortas…o los muros muy altos… o las calles muy luminosas o los mendigos juguetes descartables, con los que el brazo armado de la ley se divierte con el hecho de dejarlos sin aliento…puede ser a los golpes… ahogándolos… o simplemente a los tiros.
Bueno en fin enterrado viví, bajo capas y capas de tierra hechas carne, enterrado me voy entre capas de tierra que harán gusanos.


Emiliano Pardavila "de la decadencia 1"

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Preguntas y silencio


El niño,
Bajo el umbral filoso de la curiosidad,
lanza al viento su voz alada de libertad,
¿Cuánto es nunca?
¿Cuánto es siempre?
Los grandes a su alrededor se sonrojan,
ven inocencia,
frescura,
sonrien,
se miran,
pero no tienen respuesta,
insiste el pequeño,
con sus ojos cálidos,
con sus dulces gestos,
y las risas se apilan en un espacio sin rincones,
él también ríe contagiado,
en destellos de desprejuiciado jubilo,
pero el lugar lo impulsa,
y vuelve a preguntar
¿por qué llora esa madre al niño dormido a sus pies?
¿Por qué los huesos del pequeño se adhieren a la piel?
Las risas se fragmentan,
enmudecen,
los rostros languidecen en culposa conciencia,
nadie es inocente a esta altura del camino,
¿esta triste la madre?
¿Quiere que su hijo deje de holgazanear?
¿Qué se levante y juegue?
¿Qué se le cuelgue a las espaldas y la cosquillee?
Repito
¿Cuánto es nunca?
¿Cuánto es siempre?
Las palabras traslucidas se les escurren a las manos,
se hacen de lo etéreo,
del abismo,
de lo callado,
el silencio será el asesino de las preguntas,
y el niño perderá la curiosidad envenenado por la adultez,
se volverá un hombre feliz y triste,
que no responderá por su vida porque ya nunca se preguntara,
se conformara con un vacío nunca
y un vacío siempre.ç

Emiliano Pardavila "del todo a los fragmentos" ediciones Evaristo 2009

domingo, 15 de noviembre de 2009

El libre asesinado


Lo habían seguido, al menos tenia la certeza de que así era, se agazapo en un recoveco que se dibujaba entre la ultima pieza y la medianera, en una empresa inútil, sangraba y el rastro seria el peor de los delatores… intentaba respirar despacio para no ser oído, apretaba con fuerza el orificio que la bala había dejado en la carne enflaquecida de hambre y trabajo.
El saco y la camisa se habían teñido de un rojo pálido, el ardor era insoportable…el olor a carne quemada había impregnado su olfato, todo hacia imposible que su mente se deshiciera de la situación ni en un parpadeo fugaz.
Sus fuerzas se ponían en fuga, estaban dispuestas a abandonarlo a la muerte, por primera vez se quiso carcelero, dispuesto a no dejarse perder, se aferro a ese futuro que la humanidad prometía.
Ya estaban en la puerta al otro lado del pasillo, los sentía… casi podía oír sus cínicas palabras y sus histéricas risas que festejaban la cacería del libre… sus uniformes ridículos… azules ya alteraban el monocromático primer pasillo que daba al patio central… allí las piezas se enfrentaban unas con otras, invitado a la fraternidad de los explotados. Los guiaba un miedo denso, oscuro, un inmenso desprecio por si, enraizado y cultivado en la obediencia.
El ultimo en atravesar la puerta, del viejo caserón de estilo pompeyano, era el dueño del circo, ese que se regodeaba a la hora de domesticar lo indomesticable… le encantaba robar ese ultimo aliento de humanidad de los espíritus libres, inquietos, de eso que no nacieron ni para uniformes ni para obedecer ni para mandar.
Sus ojos brillaban ya al disponer la escena del final, el acto del triunfo de la ley de pocos sobre el sueño de muchos, limpiaría estas tierras para sus amos por algunas migajas y un par de negocios espurios que elevarían su radio de poder.
Cruzo la calle agitado, lo inmediato lo perturbaba, es que hasta lo perfecto puede volar por los aires y hacerle tragar a uno una a una las esquirlas del orden que desordena lo que debería ser.
Pero era tarde para echarse atrás, no era el egoísmo lo que lo guiaba, de su acción dependían otros, sus sueños dependían de las acciones de otros…los adoquines que evitaban que la tierra aflorara, marcaban sus pasos… frente al banco… en unos minutos alguien entraría fuertemente custodiado en busca de algunas pesadas bolsas repletas de metálico.
Atravesó la puerta, metió nervioso la mano en el bolsillo saco el bufoso y redujo al polizonte… exigió las bolsas…todo marchaba bien… pero al salir tres uniformados que caminaban por la vereda de enfrente advirtieron el acto de justicia y dispararon sin avisar, todos fallaron….corrió con las bolsas al hombro unas cuadras con los tres que ahora eran cinco por detrás, disparando sin cesar.
Uno de los plomazos dio en la parte inferior izquierda de su abdomen, por debajo del vaso, la quemazón lo detuvo por un instante e hizo mas lenta su marcha… cuando por fin pudo responder a la agresión le dio en la mandíbula a uno que se freno en seco, desplomándose sobre sus piernas…el disparo había fracturado el maxilar inferior, desformado la cara, ladeándola ligeramente hacia la derecha, la sangre brotaba como el verde en primavera, por doquier.
Alcanzo un tranvía que se dirigía hacia el sur, dirección a San Telmo, los uniformados quedaron detrás, pero era demasiado tarde para que olvidaran el hecho…Estaba convencido de que buscarían cualquier medio para seguirlo.
Un sudor frió le recorría la cara empalidecida por el esfuerzo y el tiro, su mano sintió entonces la humedad rojiza de la sangre en el orificio de salida, por lo que abandono el vagón y busco refugio en el primer edificio que le pareció familiar. Entro sigiloso busco un rincón oculto y se quedo sentado unos minutos.
El abuso del orden puso en alerta a los inquilinos que no entendían lo que pasaba, la puerta principal se abrió de un estallido, el panzón dueño del circo se refugiaba tras los cuerpos de sus súbditos fieles como perros, su sonrisa refulgía de odio y castración…pese a saberse con la victoria sus pasos se hacían lentos, es que en esos tiempos la solidaridad era algo mas que un cliché publicitario y se la practicaba a sangre y fuego entre los condenados al yugo.
Con la espalda contra la pared y el esfuerzo incólume de sus piernas se puso de pie, la sangre había dibujado su firma en el revoque, una larga y movediza franja roja, apoyo las bolsa en el suelo y al grito de libertad salio de su frustrada guarida a los tiros sabiendo su final, pero sin darse por vencido.
Callo abrazando el piso, amigándose con la tierra, esa que alberga sin distinción incluso a aquellos que viven para despreciar al prójimo, sus ojos abiertos eran el espejo de un alma que vivió por la libertad y por ella murió, sin heroísmo… pues no es héroe quien no se cree mas que otro y hace lo que dice y muere como hace.

De la decadencia 1 Emiliano Pardavila.
Ilustración original de Vanesa Garcia...a quien estare eternamente agradecido por el esfuerzo y la buena onda

La cultura mata al hombre ( a Federico Niezstche)

El tiempo se consume en la falta de ti,
Puñal filoso del destino,
Que me arroja a ser lo que no quise,
Ahogando lo que pude ser.
Triste espejo en que se desfigura mi presente,
Que asiste al olvido del olvido,
sin mas consuelo que la muerte,
y la muerte no es un instante,
sino una vida sin el yo puedo y el yo quiero,
es la ausencia del deseo que ha sido encadenado,
desterrado a sueños procaces que lastiman,
y ella desnuda de inocencia solo juega.
Extraño ser el niño, pues ya no rió,
¡oh maestro si pudiera seguirte!
Mataría sin dudar al deber,
Para por fin nacer a la vida,
Pero el frió ídolo me ha atrapado
Su moral judeo-cristiana enveneno mi sangre,
Y no seré el superhombre,
Solo él ultimo mediocre,
Calmo, triste y preocupado,
Por algo a lo que me acostumbrado,
Y ella desnuda de inocencia juega
Solo ignora que el ahora es un ayer,
Que me impide hacerla reír.

De la decadencia 1 Emiliano Pardavila

Sombras

El cristal se opacará,
solo sombras se verán a su través
indistinguibles,
soberanas,
las esencias le serán esquivas,
entonces cambiarán el lente,
Una y otra vez.
Lo tiraran,
pero de fracasos transmutados habla la noche,
de héroes sin proezas,
de gloria sin actos,
entonces
la culpa no será del lente,
mucho menos de los ojos,
¡es que solo hay sombras! proclamaran,
felices beberán su veneno
nos lo darán a beber,
beberemos,
solo veremos sombras,
arrastraremos nuestro pensamiento,
nuestros sabores,
a un limitado límite,
allí donde todo se participa en
chiclosas y conjugadas formas.
Perdidos ahí reiremos
hasta casi felices,
posiblemente incluso lloremos,
nos saldrán sombras de lágrimas,
sin mojarnos nos correrán,
impolutas y prolijas gotas de nada nos bañaran,
entonces nos miraremos
y la culpa la tendrán los ojos,
solo sombras veremos,
eso, solo eso, seremos…
Los cuencos vacíos albergaran mustios recuerdos de lo nítido,
que como un relato lejano nos vuelve desnudo,
las sombras son más sencillas,
no hay esfuerzo,
todas grises,
todas tan iguales.
Abrazaremos en nuestro pecho esa certeza
y las manos nos atravesaran,
serán las culpables cercenadas,
el suelo pronto albergara nuestra sola cabeza,
la devorara
y si… ella será la culpable
de acostumbrarnos a un mundo de mierda,
que nos vuelve sombras de humanos.
"Del todo a los fragmentos" Emiliano Pardavila

Libros en proceso de publicación

"de la decadencia 1" Ediciones evaristo 2009 Emiliano Pardavila
"de la decadencia 2 The blumbreg¨s" ediciones evaristo 2009 Emiliano Pardavila
"del todo a los Fragmentos" Ediciones evaristo 2009 Emiliano Pardavila