martes, 9 de marzo de 2010

Saberse Humano….


Saberse humano, es pensarse finito, limitado solo por el tiempo y el espacio, sin más sentido que la potencia de la vida, en una incertidumbre que duele y salva. Es soñarse, proyectarse.
Saberse humano, es crearse, con toda la lucha que esto implica, entre el deber y el querer. Es vivir sin más que vivir, pues la muerte es el abismo, siempre presente, del no ser.
¿Pero qué sucede cuando saberse humano da miedo? ¿Cuándo el proyecto se ve truncado por la nefasta ecuación del costo- beneficio? ¿Cuándo la “estupidez afectiva” de trascender en el cielo o en la tierra vela todo fin? Es ahí, cuando saberse humano es no ser más que una bestia de carga, que no carga más que la ausencia de sí mismo, el goce queda para un mañana que se eterniza, en las sombras de la explotación.
La vida y el saberse humano se ven reducidos a una práctica cotidiana, que la cultura sublima, como plenitud. Y el límite, más limitado que nunca, nos limita aún más.
La libertad, condición absoluta, es enjaulada por los patrones de la verdad de lo posible, pero ¿Qué es lo posible? ¿Es algo más que el asesinato premeditado del proyecto o el sueño?
¿El proyecto y el sueño son la simple condición de aquellos que no se acostumbraron a la idea que sostiene, que vivir no es más qué acostumbrarse a morir? ¿Qué sería de los hombres y de las mujeres si de una vez por todas se sentaran frente al espejo para algo más que para confirmar patrones de belleza y se preguntaran, pero por qué debo si no quiero?
Saberse humano es llorarse, es perderse y encontrarse, es no salvarse, es amarse y cuando no, odiarse. Saberse humano es treparse a sí mismo, es gozarse e incluso matarse, aunque siempre consciente de que se Es una vez.
Pero hoy, saberse humano es no saberse, es ser útil para lo inútil, es ser asesinado por la dignidad de lo indigno, es alimentar aquellos que sin sus manos han construido la muerte de toda humanidad. Es sangrar en la fábrica, en la oficina, en la escuela, en la universidad, en la calle, ante la exigencia de que el dolor no duela.
Saberse humano, hoy, no es otra cosa que el puto olvido de las ficciones que determinan la no vida que vivimos, estos escombros de la cultura del dinero, que nos aplastan, que nos terminan antes de que empecemos, es olvidarse de sentir profundo.
En llantos muchas veces me digo sábete humano, pero hay cosas que no dependen de la sola conciencia, dependen de que la humanidad recuerde que saberse humano es simplemente decir que lo imposible no es más que una limitación anti-humana, la utopía del ultimo hombre, de los seres sombríos, grises.
Emiliano Pardavila "De la decadencia"
Este texto pertenece al libro titulado "de la decedencia" que será publicado el en abril por la editorial nohayverguenza
ilustracion Original Vanesa y Gabriela García

9 comentarios:

  1. Saberse humano implica una tremenda responsabilidad e ineludible. Mas concientes somos
    mas para afrontar. Pero al mismo tiempo, el hecho de saberlo nos trae muchas compensaciones. importante tu reflexión. Muchos saludos.

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  2. Emiliano...

    fuerte y casi crudas palabras... pero en esa humanidad deshumanizada de los que cuentan las riquezas y las mezquindades... también están los que cuentan sílabas para hilvanar un poema...que hable del amor... tal vez no alcance... pero salva pensar en ello... no?

    como siempre... me encanta visitar tu blog!!!

    hermosos días!!!

    beso!!!

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  3. "saberse humano".. es saberse putrefacto.. ya comenté este escrito en Poetas.. magnífico escrito.. éxitos compañero!.. cariños.. de visita por tu sitio..

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  4. que buen trabajo,armonioso,y no,una creacion muy bella!gracias
    saludos
    lidia,la escriba


    pasa por mi blog,no cuesta nada,es gratis

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  5. Dar la certeza en donde asombra la duda. Matar la ignorancia y con ella todos los fantasmas que persigue. Correr hacia ninguna parte con la fe del desesperado. Devolver con intereses el golpe ciego de la necedad, asumir el mal vivir de la igualdad, la pobreza de la generosidad, la estupidez del silencio. Infantilizar la madurez y regresar al punto de desviación en el que los malvados han tejido sus redes de servilismo. Dejar que lo bonito se pudra a la sombra de lo grotesco y confinar las sobras hasta que un nuevo ser nazca de sus nutrientes. Buscar y preguntar hasta entender el dolor de la verdad, la tragedia de lo consciente, la inmensidad de lo que subyace y pulsa desde nuestros abismos interiores. Bailar hasta que salga el sol mientras otros descansan y se fortalecen en el lecho del sistema. Apagar la alarma y con ello el miedo al mañana. Morder la mano que alimenta oscuros propósitos y cambiar el futuro que tan predestinada suerte nos reserva. Vivir la rebeldía con método y disciplina, hacer del sinsentido una forma de ver. Hacer y deshacer según demande la ocasión. Solo el que tiene la capacidad de crear tiene el derecho de destruir.

    Un fragmento de Deconstrucción (triplesentido 10/23/09)

    Saludos

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  6. he vuelto a leer tu giro.. fantástico.. líneas que perturban mi equilibrio.. cariños compañero!.. y al pié de tus letras..

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  7. REGRESE,PORQUE QUEDO BOYANDO,EN MI INCONCIENTE ESE RESIDUO CASI PERPETUO SOBRE LA MUERTE,LA MUERTE NO SE PIENSA,NUNCA DEBERIA,PORQUE PARALIZA SOLO EL PENSARLA,LO QUE LEI ES COMO SI HUBIERAS EXORSISADO A LA PARCA,CON ESE CONJUNTO CONTEMPORANEO DE TUAS LETRAS!
    AL FIN ENCONTRE LA PALABRA,NO PRECISA,PERO MIA
    LIDIA-LA ESCRIBA AGRADECIDA EN TODO

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  8. bueno, cuando me quedo pensando es q no se q comentar, pero justamente lo q me deja pensando es lo q más me gusta leer.. :)

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