lunes, 21 de febrero de 2011

Abre los ojos

Abre los ojos

Mirad tras de ti,
la acera de humanas baldosa,
de cuerpos embaldosado,
endurecidos a intemperie y palos,
a desangre y locura,
allí donde la pavura
disfraza el paisaje en ceguera,
volviendo a los pasos carrera,
de olvidar a los olvidados.

Mirad allí, tan cerquita, a tu costado
a los hombres condenados
a la miseria galopante
vueltos ahora como antes
despojos de si mismos,
esquirlas cayendo en el abismo
del crepúsculo eternizado.

Mirad allí, no a otro lado,
donde el futuro musita frustrado,
en voces silenciosas
por saberse castrado de salud y buena suerte,
donde la desnudez de la muerte no sonroja
el deshacer del harapo
y la amargura pulula apretada entre los dientes
como mueca igualadora.

Mirad allí no más tarde sino ahora,
y veras como aflora del piso nuestra gente,
con mil manos y mil penas,
rompiendo las cadenas que pesan y amenazan
se quitaran la mordaza,
desatando la alegría,
de saber que la acción traerá el día
de no ser piso ni baldosa,
sino más bien otras cosa,
el simiente que parirá
la humanidad .

1 comentario:

  1. Primero, ha sido un placer inmenso, encontrarte de nuevo en mi casa.
    Y gracias por sacar tu maravillosa pluma a pasear y dibujar los desaciertos del universo.
    Miramos a nuestro alrededor con ojos selectivos que sólo ven lo que no es oscuro y mísero, tal vez porque si nos quitáramos el velo lloraríamos en la vergüenza.
    Hermoso poema hecho denuncia de lo que nos negamos a mirar.
    Un beso.

    ResponderEliminar