Sin nombre 25

En la mudez
Indómita
De mis ansias
Rece tus nombre,
Arco de luz
Que florece
En la memoria
Y el ahora…
Corroídos hilos de ausencia
Y una pregunta
Se mezclaban
Con un no saber
Con un quizás
Que sabía a pasado
A futuro,
A prohibido.
Te busque,
Ciega incertidumbre,
Nombre y recuerdo,
Te busque
Suave espina
Que siempre vas en mí

sin nombre 24

los pasos cansados
reposan en el silencio
de labios fundidos
en noche cerrada de azares,
en el mismo momento,
instante,
fragmento,
segundo
en el que muero

sin nombre 23

la mentira no mata al recuerdo
solo lo transforma,
lo viste y desviste de sí
y de otros
recorta sus contornos
dejando libre el camina
hacia la fuga,
a las sombras lodosas del contra fáctico,
de la posibilidad
y el entrecruce
que juegan a engañarse
reiniciando el camino.

sin nombre 22

El sueño despoja con el tiempo
su disfraz de pesadilla,
y ella ya no sueña
al saberme un desierto informe
un simple espejismo desabrido,
se aferra al paroxismo
de lo real,
ausencia y más ausencia.
y me quedo ahí
en un rincón sin lugar,
arista que nada fuga,
vuelto un insignificante punto
un minusculo recuerdo
sin piel ni huesos
sin humanidad

sin nombre 21

verla morir entre mis manos
desearla morir
verla morir
y era la vida

sin nombre 20

espejo...
suave puñal,
su filosa mirada,
en cada embate
me devuelve
un poco más yo,
sin embargo
no se lo que ella
no se lo que sus ojos

sin nombre 19

los pasos hecho huellas
en el pantano del principio
no recuerdo,
no recuerdo
el descanso
ni el desgaste,
la luz solar,
mintiendo la crepuscular dermis,
su profundidad infinita,
bañando el cielo
no recuerdo...
sin embargo ella
es la única certeza de que soy
de que estoy siendo

Sin nombre 18

Cuando el tiempo
en mi se apague
y brote de la angustia
la flor de una lagrima
dejare mis huesos desnudos
como cuando no fui
como cuando era un quizás

sin nombre 15 y 16

Ella libera su furia de guerra,
bestial cordura que impregna hasta lo estéril,
me besa con su labios de vida,
con sus otros labios,
deshojándome de muerte,
regalándome no se que eternidad
un instante sin segundos ni minutos,
su quietud espasmódica.




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Quien sabrá de sus silencios lejanos
Aquel vuelo,
Alas desplegadas a distancia de los llantos,
Quemado el aire en el roce…
La piel,
Solo la piel,
Ahí y debajo ella…
Siempre ella…