miércoles, 14 de septiembre de 2011

sin nombre 15 y 16

Ella libera su furia de guerra,
bestial cordura que impregna hasta lo estéril,
me besa con su labios de vida,
con sus otros labios,
deshojándome de muerte,
regalándome no se que eternidad
un instante sin segundos ni minutos,
su quietud espasmódica.




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Quien sabrá de sus silencios lejanos
Aquel vuelo,
Alas desplegadas a distancia de los llantos,
Quemado el aire en el roce…
La piel,
Solo la piel,
Ahí y debajo ella…
Siempre ella…

1 comentario:

  1. Buenísimos, Emiliano, muy buenos de verdad.

    "Regalándome no sé qué eternidad", me encantó eso.

    J&R

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