La noche de tu piel
habitaría,
como calida abreviatura
de un suspiro,
viento prisionero del delirio,
deseando eternamente
el extravió
en la humedad de tus adentros,
vagabundear el espiral de tus
silencios,
tu boca mora,
tus otros tiempos,
ser aunque sea una sonrisa
quizás quién sabe
un buen recuerdo.
Quedar en el recuerdo de una piel o en el boceto de una sonrisa.
ResponderEliminarQué hermoso escribes, Emiliano.
Un placer leerte.
Mi beso.